Un 12 de Febrero de 1993 me hice percha con el 128 que me habían prestado mis viejos.
Festejando que vivíamos juntos con Empa y Diste, este último había preparado una jarra de "12 de Febrero", que tenía muchas partes de vodka o gin (ya no me acuerdo), algunas de hielo, un poco de limón y otro poco de azúcar. Todavía me acuerdo el acto de "picar" el hielo adentro de un repasador, a los golpes...
Habíamos dicho: "Cenamos, jugamos a las cartas, y como vamos a tomar mucho, acordémonos de no ir a ningún lado en el auto". Creo que hasta guardamos las llaves en algún lugar raro.
Anyway, resultó que después de varios tutes cabreros y varios vasos de "12 de febrero", Oscar Spognardi necesitó cigarrillos. En casa no había más. Salimos. Nos olvidamos, y nos subimos al auto. Fuimos a comprar cigarrillos a un kiosko. Alguien dijo
"vamos a los flippers?", y fuimos. Unos flacos que no conocíamos se arrimaron (igualmente intoxicados) a ver cómo jugábamos. Charlamos un rato y nos dijeron
"vamos a Yamó?". Nos subimos los 6 y para allá fuimos.
Por razones desconocidas, no paramos en el boliche, sino que dimos varias vueltas hasta que subiendo una loma el auto se paró. Oscar venía -preventivamente- manejando, pero no pudo hacerlo arrancar, asi que le dije
"dejame manejar", cambiamos, lo hice arrancar en la bajada, y luego... era divertido tomar una curva en bajada a... ni me acuerdo, la verdad no fue una cuestión de velocidad, sino de ausencia de reflejos... algunos metros antes del boliche (300, 400?), me subí a la vereda y "atropellé" una columna de la luz. Gracias al cielo, fue una columna, y gracias al cielo también, fue fácilmente arrancada y cayó allá adelante... o allá atrás...
Los 6 que íbamos adentro, nos bajamos. El auto (el buggy, le decía yo) tenía una hendidura en el medio de la trompra, con forma de V...
Los otros tres flacos (ilesos) se fueron al boliche. Nosotros también ilesos, estábamos un poco aturdidos. Yo lloraba, en ojotas y short, sin remera. Paró la cana, me pidió los datos y no tenía ni el documento. Insisto, andaba de malla, igual que Diste y Oscar. Le dije
"mañana se los llevo a la comisaría", y el cana aceptó (increíble). Ahora recuerdo que Diste le dijo algo del tipo
"Ya pasó el móvil XXX y nos tomó los datos". Igual, increíble. A pesar de todo, tendríamos cara de honrados, supongo.
Llamamos a Vásquez (qué coincidencia!), el de la grúa, nos llevó hasta
Marconi 1256, nos cobró como 120 pesos que mis compañeros pagaron o me ayudaron a pagar (no me acuerdo). Lo bajamos, nos acostamos a dormir. Al otro día me desperté y pensé
"ojalá haya sido una pesadilla", pero no. El 128 patente C 624.615 estaba hecho moñito al lado del cordón.
Tomé unos mates, bajé, el vecino (Poroto) me dijo
"Lo rompiste".
"Lo hice mierda", le dije.
Al rato fui a la telefónica, llamé a la central de radio para que me comunique con mi viejo: me lamenté y volví a llorar
"por haberlos defraudado", creo que fueron mis palabras.
"Ya está. Defraudarnos, no. El auto era tuyo, te lo íbamos a dejar a vos", me dijo mi viejo.
Pior.A la tardecita vino mi viejo con mi tío y mi vieja. Como siempre, se portaron de diez. Mi vieja me preguntó unas cuantas veces si habíamos tomado algo, y en el momento... no le quisimos contar ese detalle. Mi viejo y mi tío -as always- gauchos de primera. Habían traído el trailer del auto de carrera, y cinchando entre todos lo subimos, lo atamos y se lo llevaron. Comentarios?
"Qué vas a hacer, por suerte no se hicieron nada, los fierros se arreglan".
A la tarde fui a la comisaría a decir quién era, qué había hecho.
Al tiempo, cambiaron la columna.
Al final, el Fiat se vendió, y yo seguí andando a gamba.
FIN.